domingo, 4 de abril de 2010

22

Y partí a eso de las 11:40 pm del sábado 3 y recibí las 12 en una unidad de transporte público "combi" 505 junto a unos 7 u 8 individuos desconocidos; era ya mi cumpleaños y derrepente deseé reunirme un rato con los amigos.

Como peculiar e inesperada situación bajo yo del carro y no sé cómo es que veo a un grupete de muchachos reunidos en la puerta de la parroquia... eran las personitas que me estaban esperando - o algo así- para saludarme en el que se denomina mi día y en el tiempo que me acercaba a ver la rondita se iba dejando escuchar la archiclasiquísima canción "japiverdeirística" como bienvenida.

Es así que pasé acompañado las primeras horas de mi onomástico, haciendo hora con los muchachos, paseando en el pepimovil y es gracias a ciertos antojitos que terminamos así, cuatro guerreros cayendo en las garras de los placeres de la carne... fuimos al sanguchón Campeón de la concurrida y popular avenida Aviación a disfrutar suculentos potajes sazonados con exquisitas salsas y variados complementos, un contundente chorizo parrillero con un tocino montado que hicieron de nuestras sangres un compuesto algo más denso y grasiento que antes.

El placer de tal atracón o el gusto de haber ido allí después de tanto tiempo nos embriagó de felicidad y el boato fue amenizado con bromas burdas, recuerdos tontolines y comentarios idiotamente divertidos mientras con el auto íbamos esquivando borrachos y contando líneas en javier prado.

Rato después, sanos y salvos luego del paseo maldito - y fumigados por algunos indiscriminados pedos- la actividad cesaba a eso de las 3 de la mañana... nada despreciable, sino muy valorable teniendo en cuenta que se trata de Domingo de Resurrección y yo aún ando dañado en el sector izquierdo de mi anatomía; hubo una despedida, que fue a su vez una promesa de ver qué rayos haríamos después, ese más tarde de domingo que celebra la ocasión en la que hace 22 años se me ocurrió salir desde las profundidades de un lugar llamado mamá.

Son casi las 4 y el sueño aún no viene por mí, pero yo igual seduciré a mi cama a que me envuelva en su somnoliento y etéreo placer... seguiremos informando...

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