domingo, 28 de febrero de 2010

Instinto Asesino (compliado de sucesos no necesariamente positivos)



Ya venía oxidándome otra vez después de varias semanas de ausencia; es necesario aclarar que las semanas que han pasado de este atiborrado mes de febrero han sido terribles, y apenas tuve tiempo para respirar...

Debo comenzar narrando todos y cada uno de los aciagos acontecimientos para ver si con todo ello logro contextualizar, situarlo a usted, amable y corajudo lector en algo de mi desesperación y mi dolor (qué exagerado no?); pues tráigase algo para comer y beber, entorníllese bien en su asiento, y fije la mirada en las letras que vendrán a continuación... aquí vamos.

Las cosillas malas comenzaron a hacerse notar hace un par de semanas, donde si bien ya estaba yo bastante agobiado por mis múltiples y sacrificadas responsabilidades (el teatro y la escuelita) al destino no le pareció suficiente y justo un día antes de la presentación de un trabajo final, un agídico jueves se me jode la compu... me quedé sin ordenador por una noche y una mañana. Digo esto porque felizmente mi bienhadado jefe español super buena onda (pa que lo leas, ja!) conoce de todo ese rollo informático y me salvó el pellejo, aunque todo me costó algo de "un pasaje ida y vuelta casa-trabajo en taxi" y unas cuantas horas de recuperación de mi actividad laboral.

Con un poco de suerte y tiempo, el día viernes mi trabajo se hizo y la aparente tranquilidad fue rodeándome, así que decidí aprovechar lo que quedaba de mis vacaciones yéndome un rato a un buen lugar de recreació; era sábado ya y desembarcamos en el club-playa de la Marina de Guerra del Perú, viva el puré! y pasamos en el local unas gratas horas de distensión, amor y libre esparcimiento, pero como no todo es felicidad y la vida no es color de rosa, algún hecho o suceso trágico estaba llamado a pintar el día de un tenue color... los docu-docu-mentos que me habían acompañado durante buen trayecto de mi vida desaparecieron... Sabrá Dios si se ahogaron en la piscina, se frieron en la cocina del local o se quedaron dormidos en el autobús de ida, la cosa es que cuando menos lo noté ya no estaban conmigo...Un minuto de silencio por mi DNI, mi carné universitario y su homólogo de biblioteca. con el resto de ellos, pues pueden quemarse en el infierno.

Pasaron algunos días y el lunes, después de dejar a mi enamorada en su hogar y disponerme hacia el mío, ya la noche había avanzado con un poco de prisa, lo que me dejó varado en horas de 11:30 pm, ligeramente tarde como para abordar una unidad de transporte público (joder, ya no pasaban!) así que me dispuse a solicitar un servicio de transporte especializado, detuve un taxi y lo monté. Tuvimos una amena conversación sobre la infidelidad y los juicios divinos, las pruebas de la vida y la tipa casada, esposa de un coronel o comandante que lo estaba seduciendo de una vil manera y el pobre hombre, que con su esposa e hija de apenas 9 meses estaba a punto de "pecar", de sucumbir ante la tentación... fue gracioso pues me dijo "por pensar en cosas malas (sacar la vuelta) me han estado pasando cosas malas: un tombo me paró y me sacó 10 lucas, con otro tombo pasó lo mismo y pa colmo un tio me dió 20 lucas falsas...mejor no hay que pensar mal sino hacer el bien".

Para esto yo sólo tenía 10 soles y eran mi única lumbrera en la oscura senda de la vida, rogué por que se me cobrara sólo 5 soles hasta mi casa para así tener pasaje al día siguiente y el hombre muy amablemente, aceptó. Al bajar me dió mi vuelto y se fue feliz, yo también me bajé tranquilo creyendo inocentemente que había ayudado a alguien, había salvado un alma, pensé.

Al día siguiente, cuando me disponía a pagar con los 5 soles que el hombre aquel me había dado, mi sorpresa fue completa al recibir una negativa por la improcedencia de mi moneda, "están falsos, no tienes otra moneda?". Entonces mi ser comenzó a llenarse de ira, descontrol y demás cosas malas y feas mientras la indignación corría como veneno por toditito yo, cómo alguien desconfiaría de una persona que ha narrado tales hechos? particularmente a mi me convenció, qué huevón. Me llegó tanto al pincho que no sólo haber dispuesto gastar 1 sino 5 soles en un taxi para que al final el hijo de puta me cobrara 10? Y encima eran MIS ÚNICOS 10 SOLES DE LA SEMANA... así que en base a préstamos y demás artilugios logré sobrevivir a la semana.

Otro buen día, dejando de nuevo a mi enamorada en su casa, nos cruzamos en el camino con un par de malandros juveniles, hijos malnacidos de la calle que se dedican a perturbar almas inocentes, y mientras nosotros avanzávamos, ellos también lo hacían hacia nosotros, uno de ellos de "abre" intentando rodearnos a la distancia, pero el más prudente y poco audaz de los dos, al verme pelucón, zarrapastroso, desaliñado y con cara de fumón le dijo al otro: "oe weon, ta que tiene que ser sólo uno pesh"... apuré el paso y exhalé el aire contenido durante esos intensos momentos, una vez llegado a su casa, me acompañaron al paradero como niño bueno y pude descansar con tranquilidad.

Me indigna el hecho de que tantas cosas malas me estén sucediendo, como que es lo que algunos llamarían estar "karmeado", pero sea así o no, igual he de pagar mis duplicados de documenos, pasajes y hacerme de dinero de alguna forma... jaja. También resulta gracioso notar de qué callada manera (como diría Milanés) se va percibiendo en el organismo ese subidón de adrenalina e ímpetus salvajes que nos indican que aún consevamos muy muy adentro nuestro ese instinto tan carnal, tan humano, tan animal.

En el momento en el que los malandritos intentaban acercarse yo ya estaba recreando en mi mente meterle un golpe al primer agresor con ta chapita de la gaseosa, restregarsela en la cara y cortar algo de su carne, enviar a ambos al piso y patearlos incesantemente hasta que no se movieran, es ahí donde creo que se despierta mi instinto asesino, con esa sed de sangre, de patear cabezas y pisarlas hasta que sus oídos sangren (todo ello con motivo de que no se levanten a buscar revancha o me claven algún objeto punzocortante)... esos destellos de inmisericordia y desenfreno me aterran y a la vez llaman un tanto mi atención, así como haber cogido una piedra y lanzarla con suma violencia y odio al auto del taxista malnacido que me logró engatuzar... desearía que su carro chocara contra un poste y explotara cual película de acción. Pero las cosas no son así, entonces deberé librar una lucha interna con mis demonios a ver quién sale a flote en los últimos días...hasta entonces un abrazo y mucha suerte, y agradeceré la disposición de todo aquel que se tomó la molestia de llegar a estas líneas. Adiós.