lunes, 11 de mayo de 2009

pero que cositas eh...!!! (mi historia del cambio de clima)


Un post mañanero; hoy lunes me despierto abruptamente más por el frío que por los gritos de mi madre "invitándome" a buscar trabajo...para ser sincero, en estas últimas noches (que acostumbro recorrer con frecuencia) ya comenzaba a atisbar el frío su gélida presencia con sus caricias en forma de viento; otro detalle está en la luna, punto sobre el cual escuché varios comentarios antes del grotesco e impactante cambio.

Hasta el momento estaba yo acostumbrado a andar en polos de manga corta, pantalones o shorts y a veces zapatillas o a veces sandalias; algo como que desde enero la temporda obligábame a lucir como un indigente o un zarrapastrosillo, después entrábamos a abril, mes en el que se supone que ya no hace ni frío ni calor (pero en realidad mi cumpleaños, y otros más se vivieron con aquel particular bochorno ambiental provocado por el calentamiento global) y ahora, que ya estamos en mayo, yo aún dormía con mi polo viejito de toda la vida y un buen y refrescante boxer...la gente iba haciendo pronósticos y apuestitas para ver cuando demonios nos caerá el frío con ganas hasta que la noche del sábado sucedió: la actividad nocturna acostumbrada se vió amenizada por un ventarroncito muy jacarandoso que, para mi jean y polito delgados, fue como la comparsa animada de una época del año que tarde o temprano tiene que llegar...yo siempre me he jactado de no tener frío además de poseer una temperatura corporal bastante alta (este huevón siempre anda caliente...) pero esa noche comencé por notar que con cada exhalación salía un gracioso vaporcito de mi boca (de niño simulaba que estaba fumando) y luego se me iban escarapelando los brazos, no había de otra, la época ya estaba cambiando.

El domingo de ayer tuvo su rato de sol y su rato oscuro también, una mañana ligeramente soleada y una apacible tarde pero al caer la noche, el frío se intensificó de una endemoniada manera; para todos los que estamos acostumbrados a vestir ligeramente fue un golpe repentino que supe menguar llegardo con premura y presteza a mi humilde hogar. Entonces, como habitualmente lo había hecho hasta ayer, me despojé de mis vestiduras, y me metí al sobre tan veraniego como siempre, creo haber dormido tranquilo pero ya era notable cierta inquietud en mi cuerpo: los umbrales comenzaban a darme avisos como si de descargas eléctricas se tratara, era pinchazo tras pinchazo de estímulos que traté de eludir tanto por pereza como por resistencia, por probarme que soy el machazo que puede soportar una "simple nochecita fría más", pero no siempre eso trae agradables consecuencias.

Al amanecer sentí la pegada: era yo un hombre semi-desnudo recostado sobre un colchón que se había convertido en un témpano de hielo, la ausencia de calcetines en mis pies dejaba ver una pálida y terrible crudeza aún sobre la imborrable marca de las sandalias durante la época de verano; ni qué decir, mis piernas blancas, más blancas aún por el frío llamaban al 911 por un pantalón y mi cuerpo entero liberaba un excepcional calor propio de esa reacción física o química (la verdad no recuerdo bien) tranquilamente si me echaban agua fría mi cuarto se convertía en una cámara de vapor cual sauna... mi piel era claramente granulada y mis poros gritaban por abrigo, oye amigo aquí tenemos mucho frío.

Ya es un hecho, el sol ya se va despidiendo y le cede el paso a la gran y carácterística neblinita limeña, a ese frío incondicional y al putísimo aire+agua que respiramos a diario y que es el causante de mi constante resfrío, malestar y mi nariz de rocoto. Ayer fue el Día de la Madre y parece ser que Diosito se apiadó de ellas brindándole un diita más de calor, tambien parece que castiga a cada uno de nosotros, malos hijos con estos dias nubladones y feos... qué estaremos pagando?

Particularmente me encuentro a gusto en un clima ni tan caluroso ni tan tristón: me gusta el sol o al menos la resolana con su ventarroncito refrescante, es divertido ver carnes expuestas al sol como si se tratara de una parrillada constante (sonidito de cocción al freírse algo) y también me gusta ese friecito que obliga a las muchachas a pegarse a uno, no hay excusa para no afanar, solo hay que saber hacerlo.

Ahora, que las tropas del frío nos han despertado de una manera tan cruel e intempestiva no nos queda más que ponernos de pie, enfrentarla con la cabeza en alto y comenzar a cambiar el guardarropa, desempolvando los trajecillos de invierno, llámese chompitas, casaquitas, gorritas, polares, botas, las medias de lana del abuelo y los chalequitos protectores bajo el polón...Creo que hasta por el choque, he cambiado un poco la música que vengo escuchando, de momento me tiré toda la mañana pensando y redactando este post en compañía del argentinillo Coti con esa onda rock pop melancolicón que tanto me gusta...ahora si, a hacer sus deberes y hasta una próxima lectura, espero que se me ocurran mejores cosas a medida que vamos avanzando...


PD: si alguien llega a contar cuantas veces mencioné la palabra frío se gana un premio...demonios, cuánta redundancia!
PD2: Ilustración realizada de momento, como por una vaga inspiración con una tendencia a lo Terrance & Phillip.

1 comentario:

Jorge Urbano Malásquez dijo...

Frio, frio, frio y demas...
Como me encanta esta epoca.